Santa
Agnes (Roma, 290 - 293 - Roma, 21 de
enero 305) fue, según la tradición latina, un noble perteneciente a la gens Claudia
que fue martirizada durante la persecución de los cristianos bajo Diocleciano a
la tierna edad de 12 años.
Santa
Agnes era una doncella romana de gran belleza y desde su infancia fue cristiana.
No tenía más de 12 años de edad, cuando el hijo del prefecto Sempronio la vio y
se enamoro de ella perdidamente tanto la quería que pidió que ella sea su
esposa. Pero Agnes rechazó su
petición, diciendo que ella ya estaba comprometida a un marido al que amaba, que
no era sino otro que Jesús. El joven
no sabía a quién se refería, y sus celos y la decepción amorosa lo enfermaron casi hasta la muerte.
A
continuación, los médicos dijeron: "Este joven está enfermo de amor no
correspondido, y nuestro arte no puede aprovechara en nada". Cuando
el prefecto cuestionó a su hijo, este le conto a su padre del amor que sentía por Agnes, y que, a menos que ella sea su
esposa, él moriría. Entonces Sempronio suplicó a Agnes y a
sus padres para que acepte el casarse con su hijo; pero ella respondió, como antes, que
prefería a su prometido, que al hijo del prefecto. Cuando él pregunto qué significaba eso,
y se dio cuenta
que ella era cristiana, se alegró pues ya que había
un edicto contra los cristianos, y sintió que Agnes estaba en su poder. Él entonces le dijo que ya no tendría un esposo terrenal, pues ella debía convertirse en una
virgen vestal. Pero ella se negó con desprecio a la adoración de imágenes
vanas, y declaró que no iba a servir a nadie más que a Jesús. Sempronio después
de escuchar esto la amenazó con la muerte más horrible, y mando ponerle cadenas y la arrastró a los altares de los dioses. Pero ella se
mantuvo firme. Luego ordenó que fuera llevada a una casa de la infamia (de prostitución),
para sufrir los ultrajes más temibles.
Los soldados la
despojaron de sus vestiduras; pero ella empezó a orar, y sus cabellos se alargaron hasta que fueron como un manto sobre ella,
cubriendo a toda su persona, y aquellos que la vieron fueron incautados por el
miedo. Y la encerraron en una
habitación, y cuando oró nuevamente a Cristo para no ser deshonrada, vio ante
ella una prenda blanca y brillante, la cual
se puso con alegría llenándose la sala de gran luz. El hijo del
prefecto, pensando que ya debía estar sometida,
se acerco nuevamente a ella. Pero queda ciego, y cae al suelo con convulsiones. Agnes, movida
por la compasión hacia sus sufrimientos
y las lágrimas de sus amigos, rezó por su recuperación, y el joven fue sanado. Cuando Sempronio
vio esto, quiso salvarla; pero la
gente dijo: "Ella es una hechicera: déjenla morir". Así que fue condenada a
ser quemada, pero las llamas no le hicieron ningún daño, mientras que los verdugos
fueron consumidos por ellas. Entonces ellos gritaban aún más: "Ella es una hechicera:
ella debe morir". Entonces a uno de los verdugos se le mandó subir a la pila, y matarla con la espada. Así lo hizo, y
mirando atentamente hacia el cielo, cayó muerto.
Fue enterrada en
la Via Nomentana, y los cristianos estaban acostumbrados a visitar su tumba
para llorar. Pero ella se les
apareció, y prohibió que sintieran pesar por ella, que estaba muy feliz en el cielo. Santa Inés es la
santa favorita de las mujeres romanas. Hay una iglesia dedicada a ella, en la Piazza Navona, en el
lugar en el que se encontraba la casa de la infamia a la que fue llevada; y otra de gran
interés más allá de la Porta Pía, que se dice que fue construida por
Constantino, a petición de su hija, Constantina, para conmemorar el lugar de entierro
de Santa Inés. Junto a los evangelistas y apóstoles, no hay santo cuyas
imágenes sean más antiguas que las de Santa Inés. Se la representa
con mayor frecuencia con un cordero.
Ella fue una de las cuatro grandes vírgenes mártires de la
Iglesia latina. Entre sus atributos se encuentran
el cordero, la palma, el pelo largo, y espada
Es la santa patrona de las vírgenes, adolecentes, novias y
jardineros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario